La práctica del tapeo es muy recurrente y popular en España, sobretodo en algunos puntos destacados del país, es el claro ejemplo de las tapas en Granada. Aunque todos sabemos qué es una tapa, muchos nos preguntamos de dónde proviene esta tradición.

Este pequeño aperitivo se sirve en un gran número de bares y restaurantes y se suele acompañar de una bebida, ya sea alcohólica o no. La costumbre es ir alternando locales, es decir, entrar primero en uno y tomar una o varias tapas y, después, cambiar de bar y realizar la misma acción. Esto es, definitivamente, lo que conocemos como ir de tapas o tapeo. Esta característica tradición puramente española se ha expandido por sus diferentes provincias y ciudades hasta el punto de convertir comidas y cenas en tapeo. Lejos del acto de ir de tapas sólo en horas de aperitivo, tanto habitantes del país como visitantes del mismo terminamos sustituyendo platos elaborados más característicos de la hora de comer o cenar por platillos variados. También se traduce esta acción de tapeo en lo que llamamos picoteo o picar algo.

LA HISTORIA DEL TAPEO

 

El nombre de la tapa proviene de una antigua costumbre. Hace unos años, se realizaba el acto de tapar las copas y vasos de vino en tabernas para evitar que las moscas y mosquitos entrasen en éstas o el polvo se depositara en las mismas bebidas. Se tapaba con un trozo de pan o con una rebanada de jamón, es decir, con la tapa original. En algunas comunidades autónomas se denomina al tapeo de otra manera. Por ejemplo, en el País Vasco se le llama ir de poteo. En Aragón y Navarra, alifara.

Tapeo en Granada

Durante la época moderna tras la Guerra Civil Española nace la tapa que conocemos en la actualidad, aunque alimentarse de platillos y bocatitas con la finalidad de eliminar el hambre ya era una costumbre muy recurrida en la antigüedad de España. La escasez de recursos que dejó tal guerra en el país propulsó en gran medida la generación de tapas para terminar con el hambre que sufrían miles de personas en la trágica situación que estaban viviendo.

Años después, las tapas se comenzaron a servir en bares y tabernas como cortesía a los clientes. El ligero punto de sal que las caracteriza, puesto que la gran mayoría son saladas, incitaría a continuar consumiendo en el mismo local. En la actualidad, estos platillos también se sirven en muchos establecimientos como cortesía en el momento en que el cliente pide una bebida. En otros casos ocurre al revés: el consumidor pide una tapa y le sirven una bebida como acompañamiento.

Aunque estos hechos fueron reales y fundamentan el origen de las tapas, existen algunas leyendas que podrían ayudar en este nacimiento del tapeo. La primera pertenece a la edad Media, cuando el rey Alfonso X el Sabio, en el siglo XIII, sufrió una enfermedad que únicamente podía ser tratada con pequeños sorbos de vino. Pero para evitar los efectos del alcohol, el rey tenía que comer bocados entre horas para acompañar esta bebida.

Entorno al rey Alfonso XIII surge otra leyenda. Se dice que en una visita da Cádiz, el monarca entró en un local en el cual pidió una copa de vino de Jerez. Al situarse este bar en la playa, la arena amenazaba vasos y platos, algo que uno de los camareros pudo evitar gracias a su magnífica idea de cubrir las copas con una loncha de jamón. Ante tal situación, Alfonso XIII se quedó sorprendido. El camarero le explicó a qué se debía lo que acababa de hacer, así que el rey comió la loncha de jamón, posteriormente la copa y, una vez terminadas, pidió otro vino de Jerez acompañado de otra loncha de jamón.

Otra historia que se relaciona con el mundo del reinado es la que surgió durante el reinado de los Reyes Católicos. En esta época sucedieron numerosos incidentes debidos a las altas ingestas de alcohol por parte de los carreteros. Para evitar más desastres, los taberneros tenían la obligación de servir la copa de vino o de cerveza acompañada de una tapa fría y sencilla. Los clientes debían terminar sus tapas para posteriormente tomar el vaso de la bebida alcohólica que hubieran pedido.

Leyendas hay muchas, pero lo cierto es que la tapa es todo un símbolo para nuestro país. Aunque comenzaron siendo platillos básicos y poco elaborados, con los años ha ido evolucionando su formato gracias a diferentes cocineros que se han atrevido a darle una nueva imagen a este delicioso manjar.

Aunque originariamente se dice que las tapas provienen de la provincia de Almería, lo cierto es que el tapeo es relacionado directamente con toda la comunidad andaluza, y con mucha más popularidad la tradición de las tapas en Granada. La misma RAE afirma que la tapa es una “pequeña porción de algún alimento que se sirve como acompañamiento a una bebida”. A partir del año 1939, el término comienza a formar parte del andalucismo, siendo a partir de esta fecha algo imprescindible que hacer en el territorio andaluz.

El acompañamiento de la tapa ha variado con los años y, por supuesto, depende de la comunidad autónoma en la que la pides. Antiguamente, la bebida que se acompañaba con el tapeo era sobretodo el vino. Posteriormente, la cerveza se añadió y, en la actualidad, cualquier tipo de bebida alcohólica o no. En el País Vasco, es habitual acompañarla de una copa de txakolí; en Cataluña, con una de cava; en Asturias, con sidra; etcétera.

No es de extrañar llegar a una cena de Navidad y encontrar la mesa repleta de tapas como aperitivo antes de los platos y el postre. Éstas cada vez son más diversas e improvisadas, pues basta con tener a mano diferentes ingredientes para terminar por llevar a cabo creaciones tan apetitosas como atractivas. La presentación es muy importante y, por supuesto, el sabor y textura.

De esta manera entendemos que las tapas han entrado en la vida más rutinaria de todos y cada uno de los españoles hasta el punto de ofrecerse en cualquier local y a cualquier hora. Aunque algunos de sus sabores nos resultan familiares, en ocasiones nos encontramos con otros no tan reconocidos y que nos hacen pensar en el trabajo que ha llevado a cabo el equipo que lleva a cabo su tarea hostelera tras la barra del bar.

Además, muchas ciudades han incorporado a sus fiestas patronales o bien dedican unos días concretos del año a celebrar ferias de tapas. Por ejemplo, en el pueblo de Sitges, en Barcelona, se celebra cada año la edición del “Tapa a Tapa”. En esos días, diferentes locales preparan una tapa concreta para llevar a cabo en el municipio una ruta de la tapa que permitirá el voto a la mejor de ellas y, finalmente, se otorgará un obsequio al establecimiento premiado.



TAPAS POPULARES

Las tapas más típicas de España nos suenan a todos, las hemos probado alguna vez en nuestra vida y nos han enamorado o, por lo contrario, no las hemos querido volver a probar. La primera es, cómo no, la tortilla de patatas. Símbolo del país, elaboradas de distintas maneras para ofrecer sabores y texturas muy variados. La original, con o sin cebolla, aunque algunos locales apuestan por unas tortillas diferentes que contienen, por ejemplo, jamón y queso.

Tapeo en Granada

La siguiente es la tapa de jamón ibérico. De éste producto existen distintos tipos que varían su sabor, color y textura, aptos para todos los gustos. Por ello, también se incluye en este punto al jamón serrano. Se suelen presentar cortados a finas lonchas en un plato, aunque algunos locales apuestan por colocar el jamón sobre una tosta de pan o simplemente pan con tomate untado y aceite de oliva (sobre todo en Cataluña con su mítico pa amb tomàquet).

Patatas bravas. Presentadas en un plato o bol de cerámica, se cortan en gajos o cuadraditos y se bañan en la salsa que cocina cada local. La tradicional tiene un color rosa claro y un espesor suficiente para que no termine siendo líquida ni con trozos de los ingredientes que la conforman. Ya sea con tenedor o con palillos, las patatas bravas las encontramos en casi cada rincón de cualquier provincia española.

Otra tapa muy recurrente es la de pulpo a la gallega. Aunque es originario de Galicia, se ofrece en la gran parte de locales hosteleros del país. Bañado en una delicada salsa y generalmente presentado sobre una tabla de madera para garantizar el mejor sabor y su frescura. El pulpo a la gallega es para los paladares más exigentes.

Por supuesto, la típica tabla de quesos de todos los tipos y sabores. Es un alimento que apetece a cualquier hora e ideal para picar algo, para eliminar el hambre. Acompañado de un buen vino es ideal para los amantes del queso. ¿En qué local español no sirven una amplia variedad de este producto?

Aunque las siguientes tapas también se sirven en muchos establecimientos, surgen de Andalucía. Los calamares a la romana son una de las mejores tapas en Granada. Se sirven acompañados de una rodaja de limón para añadir su zumo por encima de éstos y darles un sabor mucho más intenso. De la mano de esta tapa viene el pescaíto frito, también acompañado de limón.

EL TAPEO EN GRANADA

Y centrándonos en la comunidad de Andalucía, capital del tapeo por excelencia, comprobamos que esta práctica es muy habitual entre sus habitantes y turistas. Centrándonos en la cuna de la cultura árabe, existen diferentes y numerosos locales que sirven tapas en Granada. La ciudad dispone de muchas zonas con finalidad hostelera para disfrutar del mejor tapeo, todas aptas para diversos gustos y edades.

Tapeo en Granada

Se considera que Granada es la capital de la tapa. Lo habitual es servir este platillo de forma gratuita por cada consumición pedida. Para recorrer todas las zonas de tapeo, existen diferentes mapas interactivos que muestran las rutas de tapas en Granada. Cada ruta muestra distintos locales de la ciudad con la única finalidad de no dejar de probar ninguna de las mejores tapas de Andalucía.

Para conocer Granada no hay nada mejor que llevar a cabo estas rutas de tapeo. Así, de una manera u otra, el visitante termina por callejear y encontrar rincones de la ciudad que probablemente no esperaba. Además, es una costumbre muy típica de la misma imprescindible de realizar. El ambiente de sus calles, la amabilidad de los habitantes, el relax de degustar tapas en Granada acompañadas de un buen vino de la tierra…

Pero, ¿dónde se toma la tapa, en la barra o en la mesa? Cada opción se presta al gusto y preferencia del cliente y ambas ofrecen distintas ventajas. Un entorno más íntimo y a la vez más accesible para compartir el tapeo con muchas personas lo facilitan las mesas. Si por el contrario sientes que la pura práctica de la tapa es originaria de la barra, en ella compartirás momentos más activos y, por supuesto, bien cerca del camarero para pedirle otra tapa de nuevo.

Como es obvio, el tapeo ha llegado al punto de convertirse en un identificativo español y se ofrece también en ceremonias como bodas, reuniones de empresa y otros eventos de tal alto carácter.

Las tapas son la excusa perfecta para comenzar tomando algo con tus amigos o familiares y terminar cenando de tapeo sin haberlo previsto.